safety vest with logo

Por qué nunca salgo a hacer una entrega sin mi chaleco reflectante de seguridad

Por un repartidor de logística

Todos los días, antes de empezar mi ruta de reparto, cojo tres cosas: mi escáner, mis llaves y mi chaleco reflectante . Ese chaleco es tan esencial para mí como mi vehículo, quizás incluso más. No es solo parte de mi uniforme; es parte de lo que me mantiene vivo.

La mayoría de la gente no lo piensa dos veces al ver a alguien con un chaleco amarillo o naranja fluorescente . Pero para quienes trabajamos en logística y reparto, ese chaleco significa algo. Significa visibilidad. Significa precaución. Significa llegar a casa sano y salvo.

Llevo varios años haciendo este trabajo. Temprano por la mañana, tarde por la noche, lluvia, nieve, tráfico... lo que sea, lo he superado. Y en todas esas condiciones, la visibilidad lo es todo. Ya sea que esté conduciendo en una tranquila calle suburbana o en una manzana concurrida de la ciudad, los conductores a menudo no esperan ver a nadie en la carretera. ¿Esa pequeña franja reflectante en mi pecho y espalda? Les llama la atención. Y, en algunos casos, es la razón por la que reducen la velocidad en lugar de adelantar a toda velocidad.

Llevar el chaleco proporciona cierta tranquilidad. Es ligero y sencillo, pero le dice al mundo: "Estoy aquí. ¡Cuidado!". He tenido sustos, demasiados, la verdad. Un conductor distraído mirando su teléfono. Una entrega en un callejón con poca luz. El chaleco no es un escudo, pero me da una oportunidad de luchar. Y ahí fuera, a veces eso es todo lo que necesitas.

Para mí, no se trata solo de seguridad. Se trata de profesionalismo. Cuando llego a la puerta de un cliente con mi chaleco puesto, le transmito un mensaje: me tomo mi trabajo en serio. Estoy preparado. Me importa hacer las cosas bien.

Algunos se ríen o ponen los ojos en blanco cuando digo esto, pero ponerme ese chaleco es un pequeño ritual. Me ayuda a mantener los pies en la tierra antes de un turno. Me recuerda lo que es importante: no solo los paquetes que entrego, sino también a la gente que me espera en casa. El chaleco me ayuda a asegurarme de volver a verlos al final del día.

Así que, la próxima vez que veas a un repartidor con chaleco reflectante, ten esto en cuenta: no lo usamos porque se vea bien. Lo usamos porque hemos visto lo que pasa cuando no lo usas.

Y créeme, prefiero parecer un resaltador que terminar como un titular.

Manténgase a salvo ahí afuera.

chaleco de seguridad con logotipo personalizado

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